EDITORIAL

A prueba de “idiotas”.

Podría decirse que el ser humano es político por naturaleza, pues se ha encargado desde sus inicios de crear grupos organizados principalmente en patrones de rango y poder. En todas partes del mundo se han establecido modelos sociales donde hay unos líderes que tienen una influencia mayor sobre el ciudadano común y que participa activamente en el establecimiento de normas, deberes y derechos que afectan a la población civil.

Como resultado de un proceso global que ha traído consigo ideologías de gobierno como el zarismo, socialismo, capitalismo, fascismo, totalitarismo, principados, democracia, entre otros, podemos encontrar una variedad enorme en cuanto a formas de gobierno existentes en el mundo.

Dentro de nuestro entorno nacional contamos con un modelo de gobierno democrático que se supone cuenta con tres poderes, ejecutivo, legislativo y judicial. Estos a su vez se encargan de regular su accionar entre sí, para evitar que cada una de estas ramas del Estado sobrepase sus obligaciones y evitar así actos de ilegalidad dentro de éstos.

Sin embargo basta con observar los niveles de corrupción, que según la corporación Transparencia por Colombia hacen perder anualmente 4,2 billones de pesos al Estado. Para saber que más que un trabajo de regulación entre los poderes hay un vínculo de clientelismo entre sí.

En una situación como ésta, cuando la ciudadanía queda a merced de los intereses particulares de sus gobernantes, es cuando el periodismo juega un papel crucial como forma alternativa para este fin de control.

El periodismo debe ser el elemento que informe al ciudadano cuando las vías legales no hacen un trabajo adecuado; debe ser el que se encargue de denunciar y hacer visibles los casos de zoofilia política por parte de los dirigentes.

Por esto no es de extrañar, que en los momentos en que una nación se encuentra inmersa en un régimen autoritario, el Estado trate de convertir los medios de comunicación en sus portavoces oficiales, de silenciarlos mediante el cierre o la toma de represalias contra aquellos que se oponen a éste.

Nosotros los periodistas de Letras Oxidadas trataremos de contribuir un poco en la prevención de la idiotez (proveniente del griego idios y que se usaba para referirse a quien no se preocupa por los asuntos públicos.) al exponer desde géneros como la reseña, la entrevista o el análisis, los factores que directa o indirectamente nos afectan como ciudadanos del Oriente Antioqueño.

domingo, 26 de septiembre de 2010

Las calles de Rionegro, ¿espacio público?

Por Silvana Escobar Arias


Los pobladores de la llamada capital del Oriente antioqueño han visto cómo su municipio creció de forma vertiginosa. La población ahora es de más de cien mil habitantes y factores como la industrialización, la violencia y el desplazamiento forzoso traen cada día más personas a Rionegro. Algunas lo han adoptado como asentamiento permanente, otras vienen a lucharse la comida en sus empresas, o en sus calles. Y es allí, en las estrechas y mal formes vías del centro del municipio, donde aún no ha llegado el eco de todas las transformaciones infraestructurales que tanto promocionan sus gestores,  transformaciones como las que dieron origen a la irónicamente amplia doble calzada.

Las calles internas no sólo carecen de cambios en el cemento, sino que su hacinamiento es también reflejo de un problema que pasa por oculto; pero que, como las sombras, ahí está siempre acechante. Encontrar los índices de desempleo del pueblo es una misión un tanto utópica, así como los del mismo país aparecen disfrazados de pura prosperidad. Lo que no cuentan las inhumanas cifras puestas en un papel, es que todos los días a Rionegro lo visitan más de ocho mil personas itinerantes, muchas de ellas vienen a rebuscarse en cualquier hueco un centavo para vivir. Tampoco dicen los números que muchos de los nativos apelan a las ventas ambulantes para poder mercar de cuando en cuando.

Es así que por cuenta de la realidad difícil, de la conveniencia, el facilismo y los otros múltiples factores que puedan incidir, el problema de las ventas ambulantes ilegales se ha agudizado, cada vez más las aceras se llenan de carretas que buscan compradores para sus frutas y verduras, cada día se vuelve más complicado el tránsito, aún para los peatones.

Algunos trabajadores tienen su puesto legalizado ante la Administración Municipal; otros van de allí a allá con su puesto rodante evadiendo La Policía. Podría decirse que en el pueblo ver un vendedor con una carreta es sinónimo de ilegalidad.

Es “extraño” pensar que a estas alturas las autoridades competentes no hayan identificado el problema o no sepan cómo solucionarlo. Este factor se le suma a las demás dificultades de espacio público que enfrenta la casi ciudad, junto a los conflictos de transporte público urbano, las ventas ambulantes son un dolor de cabeza que, al parecer, nadie sabe cómo curar.

Mucho se ha hablado de reubicaciones. Los vendedores afirman que terceras voces les prometen un nuevo sitio que no cumplen o que los ponen en lugares de poco tránsito peatonal. Mientras tanto, todos los que caminamos el pavimento rionegrero seguimos sin saber qué hacer, robarle la vía a los autos o no salir de la casa.

“Se entiende por espacio público, el conjunto de inmuebles públicos y de elementos arquitectónicos y naturales de los inmuebles privados, destinados por su naturaleza, usos o afectación a la satisfacción de las necesidades colectivas que trascienden los limites de los intereses individuales de los habitantes.”[1]

Estas son las referencias sobre el Espacio Público que hace el P.O.T (Plan de Ordenamiento Territorial) del municipio de Rionegro, lo malo es que la calle es una necesidad colectiva, tanto así que parece ya no cabemos todos en ella.

Por su parte, La Policía está dividida.  Algunos los persiguen sin piedad. Es su obligación hacer respetar las normas, si es que existen unas que se puedan hacer valer. Otros, en silencio los apoyan. Dicen que prefieren ver personas ganándose el dinero honestamente y no calles vacías y hombres robando.

Aquí es complejo tomar partido de un lado, del otro o del propio. Todas las partes afirman tener argumentos valederos y en todos los ángulos hay verdades, necesidades, mentiras y conveniencias. Lo cierto es que las vías internas del municipio están perdiendo su funcionalidad. En su cúmulo de carretas, frutas, vociferaciones, desespero, gente, vehículos y demás, se esconden problemas sociales más complejos de los que se evidencian; pero que no siempre estarán traslapados. Si no se toman medidas en las que los del poder puedan ceder tarde o temprano esas calles se llenarán más que de ventas, de delincuencia. Y el más perjudicado es y  será siempre el que necesita “simplemente” llegar.

Habrá que pensar qué es más difícil en Rionegro, caminar o levantarse un centavo para vivir.


[1] Normas Generales Plan de Ordenamiento Territorial Municipio de Rionegro, Sistema Estructurante del espacio Público. Artículo 61. p 44.

Antioquia: cinco años de fiesta musical

Por Lizeth Daniela Ramírez


En momentos donde pareciera que la cultura colombiana vuelve a enfocarse en el conflicto de los barrios y campos del país. En Antioquia la música se convierte, cada día más, en una alternativa para la paz y la convivencia.

Después de cinco años de realización, Antioquia vive la música, un festival creado por la Gobernación de Antioquia por medio de la Dirección de Fomento a la Cultura, continúa aportando a la consolidación de los variados procesos musicales existentes en el departamento y su promoción en encuentros subregionales, departamentales y nacionales.
Institucionalizado en el 2006 desde la coordinación de la entonces Directora de Fomento a la Cultura, María Rosa Machado Charry, este evento ha tenido como objetivo recorrer las nueve subregiones del departamento para conocer, disfrutar y evaluar el trabajo artístico de las bandas sinfónicas, las estudiantinas, los coros, los solistas, y demás agrupaciones incluidas en el Plan Departamental de Música de la Gobernación.

Otro de los propósitos que la Gobernación de Antioquia persigue con la realización de este tipo de eventos, es aportar “a la formación de públicos en la apreciación, disfrute y valoración del trabajo de los grupos”.

En el 2010 -desde el 31 de julio y hasta el 14 de noviembre- el objetivo de este evento artístico es seguir mejorando la calidad musical de las agrupaciones, mediante la entrega de dotaciones y la realización de encuentros musicales en distintas subregiones, en donde también se evalúa la calidad técnica e interpretativa de los grupos participantes.

Lo cierto es que cada año Antioquia vive la música, considerada una política pública departamental, ha resaltado la labor musical de muchos niños, jóvenes, adultos y ancianos antioqueños, que han visto en el rap, los bambucos, las gaitas y el rock, una forma de salir del conflicto que impera en  los barrios y municipios que habitan.

Es por esto que el aporte más significativo de este festival ha sido el de convertir el arte y la cultura en opciones de vida, basándose en la premisa de que “quien interprete un instrumento para la paz, jamás empuñará un arma para la guerra”.

Pueda ser que en el próximo año con la elección del nuevo gobernador, este evento siga siendo una política pública departamental prioritaria, para que en tiempos venideros no sólo Antioquia, sino también Colombia, vivan en torno a una fiesta artística y musical.

No descansarán en paz

Por Eisen Hawer López


Tocar un tema tan delicado como lo es el de las fosas comunes en nuestro país, se convierte en todo un tratamiento subjetivo, aunque el ejercicio periodístico haga claridad de la imparcialidad que se debe tener al momento de mostrar una noticia o tema específico. Sin embargo, cuando se vive tan de cerca una realidad que sigue patente, y con la cual nos vemos conmovidos, la imparcialidad y “objetividad” pasan a un segundo plano. Dicho esto, haré claridad de lo que a continuación expondré relacionado con este tema. Voy a ocuparme en mostrar ambas versiones, de la manera más imparcial que me sea posible, con algunas anotaciones y comentarios –muy personales- al respecto.

No podemos negar que el ex presidente Álvaro Uribe Vélez ha dejado un legado grande en el país. De una manera u otra, este personaje se convirtió en uno de esos que es imposible tenerlo en afectos medios, o se le quiere o se le odia, punto. Una de sus políticas más importantes, que fue quizá la imagen principal de su gobierno. Incluso llegó a convertirse en parte de su deformidad física (uno de sus tres huevos), como lo diría Daniel Samper Ospina, es la política de seguridad democrática. 

La historia colombiana ha sido una historia básicamente marcada por la violencia, el narcotráfico, las guerrillas y grupos al margen de la ley. No obstante, durante los 8 años del periodo Uribe, el reto era acabar con esta violencia que se ha convertido en uno de los principales referentes y el imaginario substancial del país en el exterior. Con su política de seguridad democrática, el presidente Uribe dio varios pasos importantes en la lucha contra las guerrillas, logrando desarticular gran parte de éstas. No obstante, el costo que la sociedad civil tuvo que pagar por estos “triunfos” en la seguridad, fue realmente alto. Los más de mil casos confirmados y documentados –a diciembre de 2009- de los mal llamados “falsos positivos”, son una muestra del verdadero alcance de la seguridad democrática del señor Uribe. 

La fosa común encontrada La Macarena, ha sido considerada la más grande de América latina. Según las cifras entregadas por Iván Cepeda, representante a la Cámara por el Polo Democrático, son un total de 1632 cadáveres en cuatro cementerios, distribuidos de la siguiente manera: 507 cuerpos en La Macarena, 460 en Granada, 161 en Vista Hermosa y 504 en San José del Guaviare. De la misma manera, en la audiencia CONTEMOS LA VERDAD, realizada en  la Serranía de la Macarena, el 22 de Julio de 2010, convocada por la senadora Gloria Inés Ramírez y en la que participaron delegaciones de organizaciones de DDHH nacionales e internacionales, Cepeda manifestó que “El gobierno ha presentado el laboratorio de La Macarena, como el más exitoso alcance de la seguridad democrática y como una zona que ha sido recuperada y consolidada. Lo que muestra esta audiencia, es que no ha habido ninguna recuperación del territorio, sino un arrasamiento sangriento del territorio bajo el gobierno del presidente Uribe y bajo el ministerio de defensa del señor Juan Manuel Santos (…)”[1]

En dicha audiencia, muchos campesinos de la zona dieron sus testimonios acerca de la desaparición de sus hijos, amigos o familiares y su previo encuentro en la misma fosa común que el gobierno se ha encargado de encubrir. El representante del partido de la U, Miguel Gómez, lo presenta de la siguiente manera: “quedó demostrado que aquí no hay fosas comunes. Quedó demostrado que es un cementerio público, que hay personas enterradas bajo los procedimientos judiciales legales, que hay un grupo de N.N. algunos de ellos combatientes de las FARC que nunca estuvieron identificados, hay personas del municipio que fueron enterradas por los pobladores probablemente sin llevar  a cabo los procedimientos judiciales previstos por la ley, pero aquí no hay una fosa común del Ejército ni en la Macarena ni en ninguna parte del país. No es una Política de Estado masacrar y enterrar gente en fosas”[2].

Muy probablemente no es un política de Estado masacrar y enterrar gente en fosas, pero “el gobierno del presidente Álvaro Uribe, mediante la resolución 29 del 17 de noviembre de 2005, autorizó el pago de recompensas por la información que condujera a la captura o muerte de los miembros de los grupos al margen de la ley.”[3] Esta resolución se convirtió en uno de los principales incentivos para que las FF.MM colombianas, disfrazaran la población civil de guerrilleros –la misma población que, se supone, deben proteger con sus propias vidas- y cobrar las recompensas ofrecidas por el Estado; “a nadie decente o medianamente sensato, se le puede ocurrir que una vida humana valga entre 800 y 1500 dólares. Excepto, claro está, al ex ministro de defensa Camilo Ospina Bernal, escudero del presidente Uribe”.[4]

Pero a pesar de las pruebas y las investigaciones que se han dado a conocer, aún se sigue negando la implicación del Ejército Nacional en los hechos, y hay quienes niegan incluso una leve insinuación de las FF.MM. En este punto quisiera contrastar dos afirmaciones. Una, hecha por el Ministro de Defensa Rodrigo Rivera, quien afirma que “nuestras Fuerzas Militares y de Policía son las principales defensoras de los derechos humanos y las libertades públicas de los colombianos”[5]. Inicialmente, el señor Rivera, al hacer tal afirmación, deslegitima las múltiples investigaciones e implicaciones del Ejército en todos estos casos de “falsos positivos”. Por otra parte, cómo puede ser garantía de libertades y derechos humanos el reclutamiento forzoso de jóvenes, que hace el Ejército Nacional, ya sea para pasarlos como guerrilleros o para que presten su “servicio militar”, cuando el artículo 12 de la Constitución Política dice que “Nadie será sometido a desaparición forzada, a torturas ni a tratos o penas crueles, inhumanos o degradantes”; parece que nuestras FF.MM desconocieran por completo esta norma, pues es precisamente eso que dice que no se debe, lo que ellos hacen.

La otra afirmación es la que hace el señor José Obdulio Gaviria, en uno de sus artículos de El Tiempo, llamado Alertas Tempranas II, en la que dice que (refiriéndose a Las Farc) “Los asesinos profesionales no tienen lógica: actúan por reflejos condicionados. (…)¿Cómo, cuándo y dónde reciben los guerrilleros y milicianos el mensaje que los convierte en robots asesinos?”. En ese punto y en el interrogante coincido con el señor José Obdulio, pero amplio el cuestionamiento también a nuestros llamados “Héroes de la Patria”. Mejor les quedaría el apelativo de “Asesinos del pueblo”. Si lo que la política de seguridad democrática buscaba era acabar completamente con la guerrilla, pues al menos le están montando una competencia grande, y quizá eso fue lo que motivó al ELN y Las Farc acordar una tregua y no luchar más entre ellos.

Si es verdad ese refrán que dice El que a hierro mata, a hierro muere, entonces el equilibrio natural se encargará de cobrar las vidas de los centenares de jóvenes desaparecidos, asesinados y difamados como guerrilleros, porque quizá nuestra justicia cojee tanto, que no alcance a llegar. Además, los intereses políticos de un lado u otro, impiden que la verdad sea completa, sea porque digan que sí hay fosas o porque digan que no, hay otras cosas de por medio que no conocemos a fondo. Lastimosamente, en Colombia, incluso morir, se vuelve un conflicto político; incluso es difícil descansar en paz. 

Pero guerrilleros o no, los cadáveres encontrados en esas fosas no llegaron ahí solos. Esperamos el esclarecimiento de estos hechos, la reparación de las víctimas y el análisis de la seguridad democrática, “que como lo demuestran los hechos es la responsable de la segunda crisis humanitaria más grande del mundo, después de Sudan y la primera del hemisferio occidental”. [6]


[2] Tomado de http://www.semana.com/noticias-nacion/debate-sobre-nn-cementerios-meta-guaviare/143583.aspx
[3] Zuleta Lleras, Felipe. “Los ‘falsos positivos’: Crímenes de lesa humanidad”, En: Las Perlas Uribistas. Bogotá, 2010.
[4] Op Cit.
[5] Tomado de http://www.semana.com/noticias-nacion/debate-sobre-nn-cementerios-meta-guaviare/143583.aspx

Mucho más que “Siempre listos”

Por Marisol Gómez Castaño


Una larga fila de muchachos cruzan las calles del parque principal de El Carmen de Viboral, entre cantos y gritos de batalla caminan uno tras otro con las caras agotadas por las actividades del día, aún así sonríen.

Más que acampar, ir de excursión, hacer nudos, amarres y fogatas, el  escultismo o movimiento scout propone todo un sistema de educación no formal, que es útil a niños, jóvenes, padres de familia e incluso a la misma sociedad.

Detrás del “siempre listos”, hay toda una práctica pedagógica que quiere, precisamente, brindar herramientas para que los pequeños estén listos ante cualquier necesidad de servicio que se presente en su entorno local, al mismo tiempo que forman su carácter.

El Carmen de Viboral lleva aproximadamente 43 años contando con jóvenes exploradores. Actualmente, existen dos grupos en este municipio, que reúnen muchachos desde los 6 años para sumergirlos en una vivencia que surgió hace 103 años en Inglaterra, cuando el fundador, Lord Baden Powell, realizó un campamento experimental que daría el memorable inicio a un movimiento que se hizo mundial.

En el municipio, el grupo scout Tupac Amarú, con 43 años de labor, ha logrado reconocimiento entre los carmelitanos, por sus servicios desinteresados, la participación en festividades religiosas y cívicas y por la venta de productos en las tardes de parque para financiar sus campamentos y excursiones. 

Hace tres años se creó el grupo scout Tir Na n´Og en el municipio, lo cual más que una división entre la hermandad scout, como bien es llamada, fue la posibilidad para que más jóvenes acogieran estas actividades para sus vidas; el número de exploradores aumentó considerablemente en esta localidad, al igual que los jefes capacitados para difundir las ideas escultistas.

Las prácticas al aire libre, el encuentro entre unos y otros y el ejercicio de vencerse a sí mismo, son los motores que dan vida a los exploradores para formarse física, mental y espiritualmente. Los logros obtenidos se reflejan en sus uniformes con insignias, condecoraciones y símbolos propios de cada grupo scout existente.

En el Carmen de Viboral, los habitantes mayores reconocen la importancia de que los jóvenes realicen este y otro tipo de prácticas que les permitan relacionarse con el mundo de manera sana y educativa, empezar a transformar su entorno con campañas sociales y, a partir de lo que viven allí, perfilar un proyecto de vida o una profesión. 

Esto puede ser posible porque dentro de los profesionales del escultismo, hay espacio para las prácticas artesanales, deportivas y culturales, que se muestran como un universo de posibilidades que el muchacho se permite explorar.

Mas que una extraña “práctica primitiva” y de “ñoños” como la han llamado en diversas ocasiones periodistas, humoristas y políticos, el movimiento cuenta con adeptos en todos los lugares del mundo, campistas amantes del aire libre, el servicio y el riesgo; ellos están “siempre listos”, y más que dispuestos, están capacitados.

¿Qué pasa con las responsabilidades de los niños?

Por Leidy Johana Quintero


En estos tiempos, los niños y adolescentes saben reclamar sus derechos. Son conscientes de que tienen beneficios y, en ocasiones, se manifiestan cuando éstos son violados. Pero, ¿dónde quedan sus deberes?

La Ley No. 1098 del 8 de noviembre de 2006 “por la cual se expide el código de la infancia y la adolescencia", declara que se establecen normas para la protección integral de los niños y adolescentes, así como para garantizar sus derechos y libertades; también afirma que esta garantía es obligación de la familia, la sociedad y el Estado. 

Existen varias instituciones u organismos, tanto nacionales como internacionales, que se ocupan del cumplimiento de los derechos de los niños y adolescentes, tales como ECPAT Internacional, red de organizaciones que trabaja contra la prostitución, pornografía y la trata infantil con fines sexuales. 

En lo internacional, también existe el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia, UNICEF, creado para velar por la niñez como factor del progreso humano. Tiene entre otras funciones, que todos los niños sean inmunes contra enfermedades y malnutrición.

Ahora bien, en lo nacional se ha formado la Alianza por la Niñez Colombiana, cuyo principal objetivo es adelantar trabajos a favor del mejoramiento de la calidad de vida de los niños. Una de las instituciones más representativas en la labor de velar por sus derechos, es el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar, cuya misión es: “…una institución de Servicio Público comprometida con la protección integral de la Familia y en especial de la Niñez”.

Estas instituciones y organismos se hicieron necesarios, tanto en Colombia como en el resto del mundo, por la situación en la que se encontraba la población infantil y adolescente colombiana en el año 2005. Según información encontrada en http://www.cinde.org.co/PDF/ABCleydeinfancia.pdf, en esa época había más de 2.8 millones de niños y niñas en edad escolar, por fuera del sistema educativo; 20% de analfabetismo; 9 niños y niñas muertos en forma violenta en promedio al día; 14 mil niños y niñas víctimas de delitos sexuales; más de 11 mil niños y niñas maltratados en sus espacios familiares y escolares al año; cerca de 2.7 millones de niños y niñas explotados laboralmente; 2.5 millones que viven en situación de miseria e indigencia; 100 mil que crecen en las instituciones de protección por abandono o peligro; 10 mil utilizados y reclutados por los grupos armados al margen de la ley; 18 mil adolescentes infractores a la ley penal y, cerca de 15 millones de niños y niñas sin una legislación, que garantice la preservación de sus derechos fundamentales.

Sin embargo, en cuanto a la situación penal y el cumplimiento de los deberes de los niños y adolescentes, todavía hay problemas, pues, aunque el literal b del artículo 10 del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, dice que “los menores procesados estarán separados de los adultos y deberán ser llevados ante los tribunales de justicia con la mayor celeridad posible para su enjuiciamiento”, en Colombia no siempre se cumple con esta ley. 

Generalmente cuando un menor de edad comete un delito y es denunciado o capturado por las autoridades, el proceso que se sigue es hacer una llamada telefónica a los padres y dejarlos a su disposición.

Estos incumplimientos de la ley proceden desde el propio hogar de los niños, por la falta de carácter de los padres. Cuando un padre le impone normas a su hijo, éste las pasa por alto y no recibe ningún castigo (no se refiere a castigo físico). Si los padres hacen cumplir su palabra, los niños solo piensan en llegar a adultos inmediatamente, pues consideran que los mayores de edad pueden gozar de todo sin ninguna restricción.

Según Edison Agudelo, sicólogo y maestro de ayuda de niños y adolescentes, en los últimos años se han inventado nuevos elementos que hacen que se gire alrededor del niño y que él quiera imponer sus propias normas y considere que se lo merece todo; esto se debe a que se ha creado un mundo propio para los niños, se han inventado cosas que anteriormente no existía, “pediatras, moda infantil que hace un tiempo era la misma de los adultos pero un poco más pequeña, existe la licenciatura en educación infantil o pedagogía infantil, sicología para los niños, pediatría, odontopediatría, entre otras que hacen sentir a los niños los amos y dueños del mundo”, afirma él. 

En la actualidad se habla mucho de los derechos del niño, pero muy poco de sus deberes; por ejemplo en el artículo 26 de la Ley de Infancia y Adolescencia, se habla del Derecho al Debido Proceso. Si un niño lastima a un compañero con un lápiz, primero el profesor debe consignarlo en la hoja de vida del estudiante, después debe avisarle al padre de familia; si el caso fue muy grave llega hasta el coordinador de disciplina; éste lo lleva a donde el rector para después ser pasado al consejo directivo; y si no se realizan cada uno de estos pasos y no lo consignan de manera escrita, al chico no se le puede sancionar porque se le violó el derecho al Debido Proceso.

Éste, como muchos casos, puede ser visto como un abuso de los derechos y un menosprecio de los deberes; generalmente se escucha a los niños y adolescentes decir “yo tengo derecho a…” pero los deberes ¿quién los menciona?

Y que el circo continúe...

Por Juan José Ossa


En estos momentos tengo la imagen de Colombia ridiculizada en uno de los pocos programas de dibujos animados que se han realizado en el país, El siguiente programa. No puedo olvidar ese capítulo en que toda Colombia (mejor conocida en el programa como Chibchombia) sería convertida en un parque de diversiones llamado Iguazolandia. Allí se mostrarían los aspectos más deplorables del país como diversión para los extranjeros principalmente de las potencias mundiales. 

Hoy, después de varios años, me es inevitable creer que Iguazolandia no es un proyecto a largo plazo que se viene realizando por parte del pueblo colombiano y varias instancias estatales, pues las cosas que se ven pasar a diario no son tan desfasadas de esta concepción.

En los índices de pobreza, según el último informe publicado el 30 de abril por la Mesep[1], el 45,5% de la población del país en 2009 estaba en estado de pobreza y un 16,4% de esta se encontraba en estado de indigencia[2], esto sumado a la tasa de desempleo en Colombia que, según expresó el DANE, en enero de este año es del 14.6%  y al índice de analfabetismo de más del 20%, generan un clímax propicio para el aumento de los problemas de orden público, pues la falta de oportunidades laborales es evidente.

No conforme con estos datos, un periodo presidencial, que inició en 2002 y que se extendió cuatro años más, ha sido alabado con bombos y platillos por sus políticas de seguridad democrática, más bien “opresión antidemocrática”, pues sólo se emplea para algunos que están en la rosca y los demás deben arreglárselas con las instancias dispuestas por el gobierno que, pocas veces abogan por los intereses del pueblo, han dejado un país con un imaginario de seguridad basado en un poder excesivo por parte de las fuerzas armadas.
Como parte de una idiosincrasia que está en desarrollo y que busca modelos culturales en otros países, muchos los hemos adoptado. El problema es que no siempre son los más adecuados: reality shows y telenovelas adaptadas, farándula internacional y criolla,  géneros musicales populares, como la Ranchera, que son un referente patente de la cultura colombiana, más que mucha música propia como la Cumbia o el Joropo.

En este proceso no se podía quedar atrás la política. Y por esto, en meses anteriores, el DAS, se tomó la tarea de adoptar un modelo de espionaje semejante al que se dio durante la guerra fría, y que el mismísimo James Bond envidiaría. Mediante operaciones como Transmilenio, Arauca y Amazonas,  ha investigado y desprestigiado a políticos, funcionarios públicos, profesores, periodistas, sindicalistas, congresistas…

A estas alturas, pareciese que el hecho de ser chuzado por el DAS, es un motivo de orgullo personal. Es como tergiversar la famosa frase de Descartes “pienso luego existo”, hasta el punto de “piense luego lo espío.”

Iguazolandia está más cerca de la realidad, se anexan nuevas atracciones al circo. 

Las elecciones  del  20 de junio que dieron como nuevo presidente a Juan Manuel Santos, fueron la imagen patente de una colectividad que basa su cultura política en moralismos sobre quién es o no ateo, les importa más un culo que los escándalos de los falsos positivos y aceptan con los ojos cerrados a quienes se dan aires de campaña política a información y discursos amañados a algunos.

Demonios y Santos son lo mismo en esta época, y la posibilidad de salir del caldero podrido, siempre estará frustrada por el diablillo de turno, que nos mete a golpes con una cuchara de palo, todo esto sumado, hace que cada día estemos más cerca de hacer realidad el parque de diversiones más grande del mundo, Iguazolandia.



[1] Misión para el Empalme de las Series de Empleo, Pobreza y Desigualdad.
[2] Véase en: http://www.vanguardia.com/opinion/editoriales/60943-los-indices-de-pobreza-y-de-indigencia-en-colombia