Por Carolina Ortega Ríos (Perfil)
En la pista de atletismo de La Ceja, es común encontrar a un señor moreno, alto y algo mayor, un personaje fuerte, no sólo en su aspecto físico, también en su forma de pensar y actuar, sonriente y simpático, además cuenta con algo que las personas con el paso del tiempo dejan perder, la vitalidad y espíritu de lucha.
José de los Santos Álvarez llegó hace 18 años a La Ceja. Su título de entrenador deportivo y su fe a la Virgen del Carmen, fueron los principales motores para iniciar un camino de fama y éxito profesional que él nunca pensó tener, pues fue difícil iniciar como profesor de atletismo en un municipio donde siempre ha primado el fútbol.
José cuenta con orgullo los ratos amargos que tuvo que soportar. Él anhelaba trabajar en un lugar donde el talento deportivo se respirara por cualquier rincón. En sus conversaciones con Dios pedía conocer una tierra en la que el trabajo que realizaría cosechara buenos frutos, y como un regalo del cielo vino a parar a La Ceja, donde se dio a conocer, para ofrecer todo su conocimiento en esta área.
Él no contaba con que iniciaría un camino de grandes obstáculos; desilusiones, burlas y falta de oportunidades hicieron que cada vez este personaje creara más confianza en sus capacidades para formar deportistas que hicieran representativa su tierra nacional e internacionalmente. Para iniciar un club de atletismo era necesario tener herramientas de trabajo suficientes, con las que lograría fortalecer la capacidad física de cada alumno pero en ese tiempo ni siquiera había una pista en la que ellos pudieran realizar sus prácticas de buena manera; eran victimas de silbidos e insultos por ocupar un lugar donde sólo se le daba importancia a los jugadores de fútbol.
A pesar de todo, José no se dejó vencer: en menos de seis meses ya tenía un club numeroso de niños atletas, y empezó a mostrar resultados. Con el tiempo todo ese esfuerzo se fue fortaleciendo para que a nivel departamental y nacional reconocieran la capacidad que tenían sus alumnos para correr, y los habitantes de La Ceja ahora le manifestaban todo su apoyo
Luego de esto, La Ceja se convirtió en una potencia del atletismo gracias a aquel personaje que ha sido más que un entrenador para quienes han pasado por el club. José con su experiencia y sabios consejos ha sabido ganarse el respeto y la confianza de cada uno de sus atletas. Es un personaje alegre y humilde que se enorgullece de todo lo que ha logrado, desde el triunfo de los niños de siete y ocho años, hasta la representación a los juegos olímpicos de Atenas y Beijín por parte de Juan Carlos Cardona. Son muchos los logros obtenidos por parte de este personaje, que con su carácter y generosidad se ha ganado la admiración del pueblo antioqueño, incluso ya le han ofrecido mejores puestos como entrenador en ciudades distintas, pero el amor que dice tener a su “pueblo querido, pueblo adorado” es lo que lo amarra”.
El trabajo que ha realizado José con los jóvenes de La Ceja no sólo se remite a la formación deportiva, también social, pues él ha sido el encargado de mostrar buenos caminos para aquellas personas que por falta de oportunidades, han encontrado como fórmula de escape las drogas, el alcohol, la prostitución y demás delitos con los que puedan conseguir dinero para sostenerse.
La labor social que ha cumplido José durante todos estos años es algo para no olvidar. Él ha sido merecedor de muchos premios y reconocimientos, pero por injusticias de la vida, le han quitado lo más importante: haber acompañado como entrenador al atleta que logró clasificar a dos juegos olímpicos, Juan Carlos Cardona que es en la actualidad una de las figuras más representativas del atletismo colombiano. Por eso se dice “lo malo de la rosca es no estar en ella” y resignado, pero con orgullo, dice que el día que clasifique otro deportista a los olímpicos, espera que éste pelee junto con el alcalde de turno y el gerente del instituto de deportes de La Ceja para que sea José quien lo acompañe. No es justo que todo el trabajo que él realiza, sea el motor para que los otros entrenadores se sientan orgullosos de un éxito que no les corresponde.
En la actualidad los representantes de la Administración Municipal de La Ceja encabezado por el Acalde Rubén Darío Bedoya Otálvaro y el gerente del Incerde Álvaro Arredondo Sierra, han manifestado todo su apoyo para que José siga formando nuevos talentos que le den renombre al municipio, porque no es un secreto que el atletismo ha sido por más de dieciocho años, el deporte que más logros le ha ofrecido a La Ceja.
Se espera que cada vez la Administración Municipal tenga en cuenta que así como los atletas formados por José Santos le dan tantas glorias a La Ceja, ellos deben ofrecer más apoyo económico, hay que ser realistas, y es algo que no puede taparse tan fácil, la desigualdad que hay es mucha y en especial porque hay deportes que tienen más apoyo, no sólo económico, mientras a los atletas les toca soportar que el reconocimiento que les hacen por ser los mejores sea poco, a ellos cuando ganan, no les hacen caravanas de carros, ni lo suben a dar vueltas en el parque con el carro de los bomberos, para ellos sólo queda la satisfacción de celebrar con sus compañeros y familia, aunque sea más que suficiente.
Y mientras se sigue con ese bajo perfil que cada vez da mayor humildad, los atletas seguirán entrenando, y José seguirá trabajando en el Incerde con sus deportistas, desde los más pequeños, hasta los más experimentados eso para él ha sido lo más bonito, que todos acudan en su ayuda y que lo vean con cariño “José Diablos” es el apodo más común que se escucha por las calles de La Ceja cuando este personaje se hace presente en algún lugar.
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